PISTOLA INDIGENA DE AVANCARGA

        Las armas tradicionalmente utilizadas por los africanos, incluso hoy en día, son armas equivalentes a las armas de avancarga. En tiempos pasados utilizaban escopetas de pedernal o de chispa en las que el martillo que atenazada el trozo de pedernal al golpear sobre la cazoleta con la pólvora su ignición comunicaba con la carga de pólvora del interior provocando el disparo. Las escopetas más empleadas en los últimos tiempos, de un solo cañón, son las de pistón en las que el pistón o fulminante colocado en una pequeña protuberancia que comunica con el ánima del cañón produce la ignición al ser golpeado por el martillo. Estas armas se cargan por la boca, de ahí su nombre de armas de “avancarga” o carga delantera.

      Estas escopetas las fabrica el herrero, con cualquier tubo de hierro hueco que le parezca resistente y el fabrica los mecanismos y talla la culata. A veces la hace hasta el mismo cazador. Utilizan pólvora negra que fabrican ellos mismos con carbón, salitre y azufre. Los pistones fabricados en pequeñas cápsulas de piel de cordero dejadas secar y  rellenas con el fósforo de las cerillas europeas. Para las balas o las postas de plomo en tiempos no muy lejanos empleaban hasta los tubos de pasta de dientes o de betún vacíos que podían conseguir o cualquier trozo de plomo de tuberías, que se puedan agenciar. Si no pueden conseguir plomo calibran una flecha en función del diámetro del ánima de la escopeta.  Armas que resisten muy pocos bares de  presión y que con frecuencia son sobrecargadas por sus usuarios lo que produce numerosos reventones y accidentes muy conocidos por los médicos de la sabana y de la selva.

      Las pistolas, mucho más raras que las escopetas, se fabrican con el mismo procedimiento y son encargadas principalmente por los reyes y los jefes. Son armas de prestigio.