Muchos de estos martillos de percusión o martillos de “gong” o adivinatorios además de servir para golpear los tambores o campanas son objetos empleados en los rituales de adivinación. Marcan los ritmos que provocan los trances adivinatorios. El comian, el adivino golpea el gong o el tambor, la campana u otros objetos que produzcan sonoridad para que este sonido, rítmicamente producido favorezca el contacto con los espíritus, que le poseen y entra en estado de trance.

Hay dos tipos de martillos de percusión:
Kokow : puramente utilitarios y sin ninguna cualidad estética.
Lawle: Delicadamente esculpidos, con adornos cuidadosamente cincelados. La decoración de estos martillos es variada: figuras zoomorfas, personajes femeninos, máscaras sagradas masculinas o figuras de antepasado. Muchos martillos van decorados con una máscara Bo Num Amwin que es una máscara sagrada masculina, escupidora de fuego. Constituyen con frecuencias verdaderas obras de arte.