ARTE VITAL
Bajo el título de “Arte vital” hemos incluido todo lo referente a la vida de la persona, desde que nace hasta que su cuerpo vuelve a la tierra de la procede y su alma se incorpora al mundo de los antepasados y de los espíritus al que pertenece. Es decir, todo lo referente al mundo de los vivos. Ciertamente que también la mayoría de los objetos incluidos en esta sección tienen un valor ritual. Todas las acciones del africano, en el mundo animista, están impregnadas de un sentimiento mágico o religioso. Cualquiera de sus actividades o cualquiera de las etapas de su vida irán acompañadas de un solemne rito o de una simple oración. La vida del africano, es un continuo canto a la vida. A pesar de las penurias en las que ésta se desarrolla, el africano vive la vida y este amor a la vida lo manifiesta con una permanente sonrisa.
Todo lo referente a la vida se celebra colectivamente con gran regocijo en el poblado. El africano no es individualista, forma parte de una familia y de un poblado y actuará no como individuo aislado sino como parte de un todo. Por eso los ritos que celebran el nacimiento de un niño, la siembra de los cereales o la recolección serán la ocasión de ágapes y festejos en todo el poblado. Da lo mismo que se trate de la vida de las personas o de las plantas, porque ambas son distintas manifestaciones de la vida y ambas son objeto de alegría y de acción de gracias.
Los ritos de iniciación celebran las distintas etapas de la vida, el paso de niño a adulto o el paso del adulto a los conocimientos esotéricos de una sociedad secreta. Estos ritos acabarán siempre con fiestas destinadas a provocar el regocijo de las gentes. Numerosos son los ritos y fiestas destinadas a honrar la fertilidad femenina, que define a la mujer como mujer, y la fertilidad de los campos. El labrador participa también en la vida. La madre y la madre tierra están identificadas y ambas son fuentes de vida.
Hay distintas formas de nacer a la vida, como es el caso de los gemelos, misterio de la naturaleza, que les confiere un poder casi sobrenatural, razón por la que en otros tiempos eran matados al nacer, pues podrían pretender ocupar el trono del rey. Los hermafroditas, otro misterio de la vida. En muchas cosmogonías el primer humano fue hermafrodita y también el hermafroditismo constituye la base de numerosos mitos y se sitúa como el origen de la circuncisión y de la excisión o ablación, mediante las cuales el muchacho o la muchacha adquiere su verdadera naturaleza al desprenderse su organismo de un sexo que no le pertenece. El cazador participa también en la vida. No mata por matar, mata animales para llevar el sustento que permitirá alimentar, es decir contribuir al desarrollo de la vida de las gentes del poblado. Todas estas actividades irán marcadas por oraciones, ritos y expresiones de alegría.
Una característica distintiva de la vida humana es la palabra. La palabra tiene una estrecha relación con la vida. Los muertos no hablan. Pero la palabra de los vivos es distinta según los pueblos, su transcripción en signos gráficos también lo es. Pero hay signos capaces de ser comprendidos por todos los pueblos: los objetos.
Los objetos en un mundo en el que la palabra escrita no existe son un medio de comunicación, cualesquiera que estos sean. Son el modo de expresión de estos pueblos, el modo de transmitir sus mensajes, sus sentimientos y de materializar su sensibilidad. La significación de estos objetos va más allá de su expresión material, son la codificación de la palabra.
La escultura africana es una materialización de la palabra. Estas obras, al carecer las sociedades tradicionales de códigos escritos, hablan por sí solas. Pretenden dar a conocer mediante su observación lo que en otras culturas se comunica por medio de la palabra escrita. Los rasgos, los dibujos geométricos, las líneas, los colores de las máscaras, estatuas o de cualquier objeto estético o ritual constituyen un verdadero código de signos, a veces, los de carácter religioso o mágico sólo comprensibles por los iniciados. Y es a través de estos objetos como pretendemos dar una visión de la vida africana.
Jesús Arrimadas Saavedra