El tirachinas o tiragomas, según las regiones, es en realidad una pequeña arma de lanzamiento de proyectiles, semejante a la honda, primera arma capaz de herir o matar a distancia. El tirachinas sustituye las cuerdas de la honda por dos elásticos que van atados a las puntas de la horquilla del tirachinas, que no es sino un mango del que parten dos brazos en forma de “Y”, la otra punta de los elásticos va atada a un trocito de cuero de pocos centímetros cuadros en el que se alojará el proyectil, normalmente una piedra.

El tirachinas ha conocido un uso generalizado en toda el África Occidental, posiblemente introducido por los primeros colonizadores. Son numerosos los que datan de mediados del siglo XX. Como en todos los objetos africanos se ha unido la estética al aspecto utilitario y como ocurre con otros objetos, cucharas de ceremonia o taburetes, la belleza del objeto denota el rango de su propietario. El tirachinas del hijo de un jefe o de un notable ha de ser más bello que el del hijo de un simple labrador. Son tan variados como puede alcanzar la imaginación.

Este objeto es muy apreciado por los niños africanos que lo utilizan para jugar, para cazar pequeños animales o matar alimañas. Su fabricación sigue rigurosamente los cánones tradicionales.